martes

EPITAFIOS I

En la tumba de Groucho Marx puede leerse: “Disculpe que no me levante a saludarlo”. Eso es una genialidad póstuma.

A nadie le agrada la idea de morirse, pero ante la imposibilidad de oponerse llegado el momento, no está mal tener previsto algunas opciones para imprimir la lápida. Por ejemplo, yo pondría:

-No se ofenda, tengo un calambre perpetuo.
-Tantas horas de ensayo rindieron sus frutos: la siesta final me está saliendo perfecta.
-Te lo avisé: trabajar tanto me iba a matar.
-¿Le quedé debiendo algo? Siéntese que ya le pago.
-Me traje el secreto hasta acá, al pedo.
-La idea de la posteridad nunca me sacó el sueño (ahora no logro que me saque el frío).

Carmelo Capazzo, sin que nadie se lo pidiera, sugirió la siguiente.

-En este momento no verme es mejor que olerme.

0 Comentaron sin empacho: